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BOXEO

La historia del Boxeo como disciplina deportiva se remonta a los griegos, que en sus históricos juegos, se incluía el pugilato, que era una de las más llamativas disciplinas, pero su popularización a como se le conoce hoy día, ha tenido que recorrer un duro camino, pues al ser considerado desde sus inicios, un deporte muy rudo, la disciplina y las diferentes asociaciones de boxeadores profesionales, le han dado permanencia, a un deporte que ha tenido, tiene y tendrá sus orígenes en el bajo mundo, en esos sectores donde la civilización hace patética su decadencia.

 

Unas excavaciones efectuadas en Knossos, en la isla de Creta, donde se desarrolló una floreciente civilización en el año 1500 a. de J.C., demostraron que ya se conocía una forma de boxeo rudimentario. Lo mismo puede decirse con Homero, cuyos poemas, que se cantaron hace 3000 años, contienen referencias a este deporte.

 

El boxeo adquiere carta de naturaleza en Atenas, cuando es incluida en los Juegos Olímpicos del año 688 a. de J.C. donde existía un sistema de combate con los puños, denominado pygmaquia o pugilato y otro sistema que permitía golpes de puño, rodillas, codos, patadas bajas o cortas con técnicas de agarre, volteo e inmovilización, llamado “pankration”.

 

Los primeros pugilistas griegos fueron atletas que no practicaban el deporte por una remuneración, eran aficionados en el verdadero sentido de la palabra. Cuando el lujo y la riqueza hicieron su aparición, los púgiles se alquilaron. Aunque, frecuentemente, eran esclavos especialmente entrenados para el pugilismo.

La historia del boxeo, corre paralela a la de la humanidad. Así, el boxeo, como deporte o espectáculo, se desarrolla cuando los hombres evolucionan lo suficiente como para crearse una mayor seguridad física y económica, permitiéndoles dedicar su ocio a los deportes, torneos y espectáculos. Durante la primera centuria de la Era Cristiana, cuando el imperio Romano alcanza su apogeo militar y político, el boxeo entra también en una fase de desarrollo. Los luchadores romanos no se cubrían los puños, como los griegos, con bandas de cuero par proteger tanto los puños como al rival, sino que usaban el “cestus”, una especie de guantes largos, cubiertos de botones puntiagudos de hierro o bronce, con lo cual el combate era verdaderamente sangriento. Al igual que ocurrió en la última época griega, los luchadores en Roma, como los gladiadores y otros protagonistas de los espectáculos circenses, eran esclavos, obligados a pelear hasta la muerte

 

La lucha y el boxeo son dos de los deportes más antiguos, y hay registros que se remontan al cuarto milenio antes de Cristo, en Egipto y Oriente. Los primeros datos de una pelea de boxeo en los tiempos modernos, se ubica en Inglaterra en 1681: el Duque de Albermarle organizó un combate entre su mayordomo y su carnicero. Ya en el siglo XVIII se lucha por dinero (en esa época sin guantes) y los espectadores hacen apuestas.

 

El primer campeón de los pesos pesados fue el inglés James Figg, en 1719. El primer reglamento fue formulado en 1743 por el campeón John Broughton. Luego fueron modificados y cambiados. En 1865, se comienza a aplicar la reglamentación redactada por el marqués de Queensberry, que ha permanecido hasta la actualidad. Las nuevas reglas prohibieron las peleas con los puños desnudos, la lucha libre, abrazar, golpear al oponente cuando se encuentra indefenso y las peleas sin tiempo límite.

 

Bajo las reglas de Broughton, un boxeador que hubiera sido tumbado disponía de 30 segundos para adoptar de nuevo una actitud pugilística, a una distancia de 90 cm de su oponente; si fuera necesario podía ser ayudado por su entrenador y si el boxeador no lo conseguía se le consideraba derrotado.

 

Bajo las reglas del London Prize Ring, el boxeador tenía 8 segundos, una vez transcurrido el lapso de los 30, para alcanzar sin ayuda una marca situada en el centro del ring y un asalto finalizaba cuando un boxeador era tumbado. Bajo las reglas de Queensberry, los combates se dividieron en asaltos de tres minutos, con un minuto de descanso entre ellos. El contendiente que permaneciera tumbado o sobre una rodilla durante 10 segundos perdía el combate. Las reglas también estipulaban que los combates debían desarrollarse en un espacio cuadrado y rodeado de cuerdas llamado ring, con unas medidas de 7,3 m de lado, y clasificaban a los luchadores, con arreglo a su peso, en diferentes categorías.

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El último campeón de los pesos pesados con los puños desnudos fue el estadounidense John L. Sullivan, quien peleó y ganó el último combate autorizado de este tipo en 1889 contra Jake Kilrain. Bajo las reglas de Queensberry, cuando tuvo que usar guantes, Sullivan perdió el campeonato de los pesos pesados siendo derrotado por James Corbett, en Nueva Orleans (Luisiana) el 7 de septiembre de 1892.

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Las reglas de Queensberry

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El “boxeo”, a diferencia de otras formas de lucha con los puños, data de 1867, cuando los “Cámaradas de John” redactaron las reglas nuevas, las reglas se publicaron bajo el patrocinio del Marqués de Queensberry, cuyo nombre siempre se ha asociado con ellas.

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Había doce reglas en total, y se especificó que los combates deben ser “un combate de boxeo justo de soporte-arriba” en un “ring” (cuadrilátero) de 24 pies (ocho metros) de lado. Los “rounds” (asaltos a mano armada) debían tener una duración de tres minutos, con un minuto entre cada uno de ellos.  Se conceden diez segundos para levantarse al púgil que haya caído al suelo durante un asalto. Se deben llevar guantes nuevos del “tamaño justo” y se prohíbe específicamente “luchar o abrazar”.

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El propósito de los guantes es proteger los nudillos. Los guantes de boxeo normales tienen el aspecto de un par de guantes hinchados, son a menudo rojos y se atan alrededor de las muñecas por la parte interna del antebrazo. El primer combatiente en ganar un título mundial según estas reglas fue el Caballero Jim Corbett, que derrotó a John L. Sullivan en 1892 en el Club Atlético “El Pelicano” de Nueva Orleans (EEUU).

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No existió el deporte “amateur” hasta 1867, cuando se celebraron los campeonatos para pesos ligeros, medios y pesados amateurs según las Reglas del Marqués de Queensberry en el Puente de Lillie en Londres.

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Con la aceptación gradual de las reglas del Marqués de Queensberry, han surgido dos ramas claras de boxeo, el profesional y el aficionado, cada una de las cuales ha producido sus propios organismos reguladores locales, nacionales e internacionales, con sus propias variaciones de las reglas.

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El boxeo profesional se divide en las siguientes  categorías: paja o mínimo, minimosca, mosca, supermosca, gallo, supergallo, pluma, superpluma o ligeros junior, ligero, superligeros o welters junior, welters, superwelters o medios juniors, medios, supermedios, semipesados, cruceros y pesos pesados.

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En en el boxeo amateur la división de pesos es la siguiente:  minimosca, mosca, gallo, pluma, ligero, superligero o welter junior, welter, medio, semipesado, pesado y superpesado.

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5 razones que convierten al boxeo en el deporte Idóneo para una Vida Saludable.

 

1. Es un excelente ejercicio 'quemagrasa': Un entrenamiento a un nivel medio-alto de 45 minutos puede hacerte quemar hasta unas 500 calorías. Bueno, está claro que las primeras veces no quemarás tanto, pero aún así su rendimiento sobre tu cuerpo es espectacular.

 

2. Mejorarás tu tono muscular: Imagina un deporte en el que no paras de moverte todo el tiempo y en el que sin levantar una pesa de más; lograrás tonificar y endurecer tus músculos casi sin darte cuenta. Quizás es uno de los mejores ejemplos de lo que significa el boxeo para con tu cuerpo: incrementas tu tono muscular casi sin darte cuenta. 

 

3. Ejercitarás todo el cuerpo: Lanzas tus brazos, mueves tus piernas y tienes en tensión tu abdomen y tus glúteos; todo ello sin apenas descanso. Si piensas que el boxeo sólo viene bien para tener unos brazos tonificados, estás en un error. El boxeo ejercita todo el cuerpo cómo pocos ejercicios (si acaso la natación) lo hacen.

 

4. Lo puedes practicar sin apenas material: Es un hecho, no necesitas ni guantes, ni protectores ni sacos de boxeo... Ni hablar de un 'ring', claro está. Sin embargo, también lo puedes usar. Sólo necesitas una buena actitud, paciencia y una buena técnica. Es fundamental practicar con un entrenador las primeras veces para que te enseñe los golpes y practiques con tu 'sombra'. A partir de ahí, ¡todo tuyo!

 

5. Es un ejercicio perfecto para liberar estrés: Libera tus instintos más arcaicos y segrega adrenalina a través del boxeo. El boxeo es el ejercicio perfecto para descargarse del estrés y quitarse la tensión después de un mal día. ¿Quién no ha deseado darle un golpe a algo cuándo está estresado? Error.

 

Practica boxeo.

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¿Qué esperas? ¡Únete a nuestra gran familia deportiva y mejora tu salud!

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